Viernes, Mayo 30, 2014
LA PATRIA | Manizales
Las víctimas del conflicto armado en Pensilvania y
Salamina, así como las de Quinchía (Risaralda), están a un paso de
recuperar las tierras de las cuales fueron despojados por grupos al
margen de la ley. El logro es gracias a que por fin la implementación
de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras llegó al Eje Cafetero.
Luego de la microfocalización de Samaná a principios de mayo, la Unidad
de Restitución de Tierras (UTR) ultima detalles para que en los
próximos días se expidan las resoluciones de microfocalización de estos
tres municipios del Eje Cafetero
Por tal motivo, con el fin de agilizar los procesos, la URT adelanta el
acopio de pruebas relacionadas con la georreferenciación de los predios
abandonados y despojados. Asimismo, ha brindado pruebas sobre los
hechos victimizantes de las familias afectadas en estas zonas y sus
corregimientos.
A la fecha también se han realizado jornadas de socialización sobre la
ejecución de la Ley 1448 de 2011 en los respectivos Comités de Justicia
Transicional, espacios comunitarios en estos municipios y en las
capitales departamentales.
Los avances y preparativos de la política de restitución en esta región
se realiza con la ayuda de la Fuerza Pública, las autoridades locales y
departamentales, que brindan los insumos que buscan propender por la
seguridad de las víctimas mientras se garantiza la reparación segura y
responsable.
Historia
Estos tres municipios fueron escogidos porque cumplen con los requisitos de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. Cabe recordar que la guerra librada entre los grupos guerrilleros del Eln y las Farc a finales de los 80 y durante los 90 marcó el desplazamiento forzado y todo tipo de vejámenes que recayeron sobre los campesinos de la zona.
Estos tres municipios fueron escogidos porque cumplen con los requisitos de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. Cabe recordar que la guerra librada entre los grupos guerrilleros del Eln y las Farc a finales de los 80 y durante los 90 marcó el desplazamiento forzado y todo tipo de vejámenes que recayeron sobre los campesinos de la zona.
Asimismo alias Karina y alias El Paisa, del frente 47 de las Farc,
fueron los cabecillas guerrilleros que consolidaron un ambiente hostil
contra la población civil durante más de una década.
En el 2000 con la llegada de las Autodefensas del Magdalena Medio, a través del Bloque Central Bolívar, la confrontación armada se consolidó a tal punto que los cultivos de café y plátano fueron remplazados por cultivos ilícitos.
En Quinchía
La violencia en Quinchía no fue diferente. A las Farc y al Eln se les sumó el Epl al mando de alias Leyton, dado de baja por las autoridades, generando una guerra por el dominio del territorio entre los grupos ilegales que involucró a los campesinos del pueblo.
La violencia en Quinchía no fue diferente. A las Farc y al Eln se les sumó el Epl al mando de alias Leyton, dado de baja por las autoridades, generando una guerra por el dominio del territorio entre los grupos ilegales que involucró a los campesinos del pueblo.
En el 2001 con la llegada de un cuarto grupo, las AUC, provenientes del
Magdalena Medio, se recrudeció el conflicto aumentando más los
asesinatos, secuestros, extorsiones, despojos y abandonos de tierras. No
obstante, en el 2005 se inició el proceso de desmovilización de las
autodefensas.
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