miércoles, 21 de mayo de 2014

Evite las Enfermedades Transmitidas por Alimentos- ETA, conociendo como debe manipular los alimentos que consume


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En el año 2013 el Laboratorio de Salud Pública de la Dirección Territorial de Salud de Caldas realizó el estudio de 10 brotes de Enfermedades Transmitidas por Alimentos-ETA, presentados en los municipios de Manizales, Samaná, Anserma, Chinchiná, Belalcazar, Pácora y Neira; por medio del análisis microbiológico de las sobras de las muestras de alimentos implicados en los presuntos brotes, donde el Laboratorio jugó un papel importante a la hora de confirmar o descartar estos evento de interés en salud pública.

En lo corrido de la actual vigencia se han analizado muestras de dos brotes, uno presentado en  Neira en enero, causado por el consumo de morcilla y en el mes de abril en Manizales, causado por el consumo de arroz con pollo. Los microorganismos o bacterias que se han encontrado en estas muestras son: Coliformes, E. coli, Mesofilos, Estafilococo, Coagulasa Positiva, L. monocytogenes, Bacillus cereus, Salmonella Spp.
Según el Sistema de Vigilancia Epidemiológico-SIVIGILA de la DTSC, se reportaron 136 personas afectadas por ETA en el año  2013 y en lo corrido de la actual vigencia se han reportado 70 casos de personas afectadas en los municipios de Anserma, Chinchiná, Manizales, Neira, Palestina, Victoria y Villamaría.

El ente rector de la salud hace un especial llamado a la ciudadanía para que tengan una buenas prácticas en lo relacionado con la manipulación de alimentos; de lo contrario, realizar acciones irresponsables en cuanto a su  preparación para varias horas antes de su consumo, junto con su almacenamiento a temperaturas que favorecen el crecimiento de bacterias patógenas o formación de toxinas, cocinando insuficiente o recalentando los alimentos para reducir o eliminar los agentes patógenos, la contaminación cruzada y la mala higiene personal del manipulador de alimentos, seguirán siendo un riesgo latente para la salud pública.

Por tal motivo, las enfermedades causadas por alimentos contaminados constituyen uno de los problemas sanitarios más frecuentes, por eso, proteja a su familia mediante estas sencillas reglas de oro, que la Organización Mundial para la Salud-OMS nos brinda; aplicándolas, reducirá considerablemente el riesgo que entrañan las enfermedades de origen alimentario.

1. ELEGIR LOS ALIMENTOS TRATADOS CON FINES HIGIÉNICOS
Mientras que muchos alimentos están mejor en estado natural (por ejemplo, las frutas y las hortalizas), otros sólo son seguros cuando están tratados. Así, conviene siempre adquirir la leche pasteurizada en vez de cruda.
Al hacer las compras hay que tener en cuenta que los alimentos no sólo se tratan para que se conserven mejor, sino también para que resulten más seguros desde el punto de vista sanitario.
Algunos de los que se comen crudos, como las lechugas, deben lavarse cuidadosamente.

2. COCINAR BIEN LOS ALIMENTOS
Muchos alimentos crudos (en particular, los pollos, la carne, la leche no pasteurizada) están a menudo contaminados por agentes patógenos. Estos pueden eliminarse si se cocina bien el alimento.
Ahora bien, no hay que olvidar que la temperatura aplicada debe llegar al menos a 70 ºC en toda la masa de éste. Si el pollo asado se encuentra todavía crudo junto al hueso, habrá que meterlo de nuevo en el horno hasta que esté bien hecho.
Los alimentos congelados (carne, pescado y pollo) deben descongelarse completamente antes de cocinarlos.

3. CONSUMIR INMEDIATAMENTE LOS ALIMENTOS COCINADOS
Cuando los alimentos cocinados se enfrían a la temperatura ambiente, los microbios empiezan a proliferar. Cuanto más se espera, mayor es el riesgo. Para no correr peligros inútiles, conviene comer los alimentos inmediatamente después de cocinados.

4. GUARDAR CUIDADOSAMENTE LOS ALIMENTOS COCINADOS
Si se quiere tener en reserva alimentos cocinados, o simplemente, guardar las sobras, hay que prever su almacenamiento en condiciones de calor (cerca o por encima de 60 ºC) o de frío (cerca o por debajo de 10 ºC).
Esta regla es vital si se pretende guardar comida durante más de cuatro o cinco horas. En el caso de los alimentos para lactantes, lo mejor es no guardarlos, ni poco ni mucho.

Un error muy común al que se deben incontables casos de INTOXICACIÓN ALIMENTARIA es colocar en el refrigerador una cantidad excesiva de alimentos calientes. En un refrigerador abarrotado, los alimentos cocinados no se pueden enfriar por dentro tan deprisa como sería de desear. Si la parte central del alimento sigue estando caliente (a más de 10 ºC) demasiado tiempo, los microbios proliferan y alcanzan rápidamente una concentración susceptible de causar enfermedades.

5. RECALENTAR BIEN LOS ALIMENTOS COCINADOS
Esta regla es la mejor medida de protección contra los microbios que puedan haber proliferado durante el almacenamiento (un almacenamiento correcto retrasa la proliferación microbiana pero no destruye los gérmenes).
También en este caso, un buen recalentamiento implica que todas las partes del alimento alcancen al menos una temperatura de 70 ºC.

6. EVITAR EL CONTACTO ENTRE LOS ALIMENTOS CRUDOS Y LOS COCINADOS
Un alimento bien cocinado puede contaminarse si tiene el más mínimo contacto con alimentos crudos. Esta contaminación cruzada puede ser directa, como sucede cuando la carne cruda de pollo entra en contacto con alimentos cocinados. Pero también puede ser más sutil.
Así, por ejemplo, no hay que preparar jamás un pollo crudo y utilizar después la misma tabla de trinchar y el mismo cuchillo para cortar el ave cocida; de lo contrario podrían reaparecer todos los posibles riesgos de proliferación microbiana y de enfermedad consiguiente que había antes de cocinar el pollo.

7. LAVARSE LAS MANOS A MENUDO
Hay que lavarse bien las manos antes de empezar a preparar los alimentos y después de cualquier interrupción (en particular si se hace para cambiar al niño de pañal o para ir al retrete).
Si se ha estado preparando ciertos alimentos crudos, tales como pescado, carne o pollo, habrá que lavarse de nuevo antes de manipular otros productos alimenticios.
En caso de infección de las manos, habrá que vendarlas o recubrirlas antes de entrar en contacto con alimentos.
No hay que olvidar que ciertos animales de compañía (perros, pájaros y, sobre todo, tortugas) albergan a menudo agentes patógenos peligrosos que pueden pasar a las manos de las personas y de éstas a los alimentos.

8. MANTENER ESCRUPULOSAMENTE LIMPIAS TODAS LAS SUPERFICIES DE LA COCINA
Como los alimentos se contaminan fácilmente, conviene mantener perfectamente limpias todas las superficies utilizadas para prepararlos. No hay que olvidar que cualquier desperdicio, migaja o mancha puede ser un reservorio de gérmenes.
Los paños que entren en contacto con platos o utensilios se deben cambiar cada día y hervir antes de volver a usarlos.
También deben lavarse con frecuencia las bayetas utilizadas para fregar los suelos.

9. MANTENER LOS ALIMENTOS FUERA DEL ALCANCE DE INSECTOS, ROEDORES Y OTROS ANIMALES
Los animales suelen transportar microorganismos patógenos que originan enfermedades alimentarias. La mejor medida de protección es guardar los alimentos en recipientes bien cerrados.

10. UTILIZAR AGUA PURA
El agua pura es tan importante para preparar los alimentos como para beber. Si el suministro hidráulico no inspira confianza, conviene hervir el agua antes de añadirla a los alimentos o de transformarla en hielo para refrescar las bebidas.
Importa sobre todo tener cuidado con el agua utilizada para preparar la comida de los lactantes.



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