Héctor Mario Gónzález, la voz de la Vuelta a San Félix - LA PATRIA

Foto | Luis Fernando Rodríguez | LA PATRIA Héctor Mario González, locutor de la Vuelta Ciclística a San Félix.

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Jueves, Febrero 25, 2016

Luis Fernando Rodríguez

LA PATRIA | SALAMINA

En Héctor Mario González, un sanfeleño de 53 años, se resume gran parte de la historia de la Vuelta Ciclística a San Félix, competencia que el año pasado celebró 25 años. Para el locutor por dos décadas de esta clásica hubo situaciones alegres, tristes y un deseo enorme de seguir pedaleando y haciendo historia.

Héctor habla con propiedad sobre la competencia, pues no solo ha estado ahí como su narrador, sino como un promotor.

Cuenta que la idea de la ejecución de la Vuelta la tuvo el sacerdote Fernán Llano Ruiz, párroco y fundador del Hogar Juvenil Campesino. Allí, en 1981, se habló por primera vez de la carrera, durante la celebración de la Semana del Niño Campesino. Para la primera clásica, ese mismo año, participaron 12 pedalistas aficionados de las veredas cercanas. Entre ellos, Conrado Calderón, quien ha participado durante 17 años.

Héctor Mario comienza a narrar cada clásica en 1995. “Nadie creía en nosotros. Hemos sembrado, porque no hacemos campeones, pero sí tratamos de formar personas a través del deporte”, aseguró.

Héctor llevaba a su hijo a los recorridos de la Vuelta en su camioneta y hoy, que ya tiene 22 años, es el jefe de logística. Entre los dos tienen un proyecto para este año: con la recién creada Escuela Ciclo Paraíso desean hacer una vuelta para los niños, previa a la de mayores, en su versión 26.

Anécdota

“Durante cerca de cinco años, en la época de los días oscuros de la violencia que sufrió San Félix, hubo tristeza y miedo”, cuenta Héctor Mario. “Salíamos con la bandera blanca. Fuimos retenidos, pero todos regresaron con vida. Esto fue algo que nos marcó y en esa época una importante empresa que nos patrocinaba, nos quitó su apoyo”, cuenta con nostalgia.

Héctor solo espera que la Vuelta retome fuerzas, que las empresas del Estado y las particulares se vinculen porque quedan pocos en el corregimiento. “Antes de la violencia en el corregimiento había cerca de 13 mil habitantes. Si hoy tenemos 3 mil, es un milagro. El sol no se puede tapar con las manos”, concluyó.