lunes, 3 de agosto de 2015

Amores costosos, parejas voraces - LA PATRIA




Fanny Bernal * fannybernalorozco@hotmail.com

Existen amores costosos y parejas voraces, hombres y mujeres que viven en una trampa constante que les impide ver su realidad. Alimentan miedos a través de los cuales justifican su dependencia y su falta de valor para asomarse a otras realidades, miedos que les llevan a invisibilizarse, a dejar que ocurran hechos en los cuales pierden la dignidad.

Alimentan culpas cuando asumen que todo lo inadecuado que pasa en la relación es su responsabilidad. Consideran que pese a todo lo que viven deben salvar la unión.

 Y, aunque a veces sientan que el estrés y el desasosiego son enormes, siguen esperando que algún día todo cambie para ser felices. Alimentan rabias, cuando después de una nueva ofensa piensan de manera ilusa que esta situación también puede transformarse y que -ahora sí- van a poner límites al irrespeto y al maltrato.

Amores costosos en los asuntos emocionales, económicos, familiares, que tienen consecuencias directas para la salud física y mental. 

Parejas voraces: se antojan de enemil cosas, innecesarias, suntuosas. En ocasiones, porque hay el dinero y no importa cómo ni en qué se gaste. En otras, porque si no lo hay, igual hay que darse los gustos, pues para eso están los préstamos y se pueden ir pagando. Parejas voraces, nada las sacia, tan pronto compran y ya están queriendo nuevos objetos, nuevos cacharros para ostentar y mostrar.

Para algunas personas estar acompañado sale muy costoso. Detrás de la frase: ‘Es que yo doy mucho gusto’, hay otra trampa con nudos fuertes que ninguno se atreve a deshacer.

Juan, después de un año de separado, confesó: ‘Yo siempre le compré todo lo que ella quería, sentía que tenía la obligación de premiarle su sonrisa, porque con ello ganaba un día de buen genio, un fin de semana sin peleas; todo lo pagué, hasta que un día me quité la venda.’

Quitarse la venda también tiene sus costos, sobre todo, ante los cambios que hay que afrontar para recomenzar la vida. Ello implica trabajar las emociones y el nivel de tolerancia a la frustración, para así sanar las heridas que han quedado abiertas como fruto de este tipo de relación.

Andrea cuenta: ‘Mi novio el año anterior se trajo sus cosas personales para mi apartamento, dijo que esto era solo por unos días y se quedó un año. Nunca aportó nada y por el contrario pedía cuentas sobre mi sueldo, me hacía la vida imposible, se ponía agresivo si iba a salir’. Andrea precisa que su amor era tan grande que al principio no se dio cuenta de que estaba pagando por mantener la relación, por tener su compañía.

Amores costosos, parejas voraces, se constituyen cuando alguno de los dos tiene una baja autoestima. Cuando se tiene miedo a la soledad, necesidad de controlar y pobres recursos emocionales, entre otros. Cuando se tiene poco para salir de las trampas y para poner límites a los chantajes y a las amenazas.

* Psicóloga - Docente Universidad de Manizales.

Fecha de publicación: 
Domingo, Agosto 2, 2015
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