10 años esperando por el arreglo de su casa
“Al barrio solo llegan los políticos en tiempo de elecciones a buscar votos y a hacer promesas, después nadie se acuerda”, dicen varias personas del barrio “Calle Caliente” en Salamina. Y es que allí la situación para sus habitantes, es de pobreza y abandono.
María Angélica Gil de 30 años, es madre soltera. El rancho que habita con su mamá Olga Patricia de 54 años, sus dos hijas y una sobrina, amenaza ruina hace 10 años.
Se queja de lo difícil de su situación económica. Se encuentra sin trabajo hace cuatro meses y los gastos para el sostenimiento de la casa son altos. Por ahora dependen de lo poco que gana su mamá lavando ropa ajena, la ayuda de una tía y lo que ella consigue de vez en cuando limpiando apartamentos ajenos. Antes trabajó en un programa con la Alcaldía y luego tres meses en Bomberos. Hace unos días espera conseguir un empleo como obrera en una construcción. Porque según dice ella: “está dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de sacar su familia adelante”. En el momento la principal preocupación es el estado de su vivienda.
Visita y recomendaciones
El 7 de diciembre de 2001 el Comité Local para la Prevención y atención de Desastres, después de una visita ocular efectuada por el Cuerpo de Bomberos de esta localidad, dijo que la vivienda presenta un deterioro excesivo y desplazamiento de las estructuras, lo que puede ocasionar su colapso en cualquier momento, poniendo en peligro la vida de los moradores.
Por lo tanto recomienda la evacuación preventiva del inmueble. El comunicado está firmado por la ex alcaldesa María Milanda Giraldo de Quiceno y el Secretario de Planeación Luis Germán Noreña García.
En un oficio de fecha 23 de febrero de 2011, el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Salamina, hace constar después de vivita ocular realizada a la vivienda de Olga Patricia Rivera Pineda, que la casa se encuentra en mal estado, paredes agrietadas, el techo malo, el piso tarjado y mucha humedad.
Denuncia
Dice Olga Patricia: “la casa está parada en el aire. Antes me sacaron de aquí, me pagaron tres meses de arriendo y me tocó volverme para acá. No volví a molestar por la Alcaldía” y luego concluye “cuando llueve es a chorro parejo, el techo esta apachurrado”.
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