El faro del norte

 

Los habitantes originarios, de lo que hoy se conoce como el municipio de Aranzazu, en el norte de Caldas, fueron los Carrapas, tribu guerrera, agorera y antropófaga. El primero en establecerse en estas tierras, en 1851, fue el sargento Buenaventura Escobar, que levantó un rancho y descuajó montaña para cultivar. Luego llegaron pobladores de Antioquia.

Por ordenanza, adoptó en 1855 el nombre de Aranzazu, en honor a Juan de Dios Aranzazu, quien donó los terrenos para la fundación.

Según división territorial, el municipio comprende una parte urbana y 37 veredas. Es conocido como “El faro del norte” con una población de 19,670 personas. Situado al occidente de la cordillera Central, en una pequeña planicie, entre las quebradas Doña Ana y Las Peñas, con una temperatura promedio de 18° centígrados y a una distancia de 51 kilómetros de Manizales.

Costumbres y fiestas

Es un pueblo piadoso y humanitario, consagrado a “Nuestra Señora del Rosario”. Sus gentes son de carácter jovial y alegre, herederos de las costumbres antioqueñas. Entre sus leyendas, son populares: Pepe Sierra, La Llorona y la Patasola.

Una de las mayores devociones de los aranzacitas es al “Señor de la Buena Esperanza”, que tiene su historia y es venerado en la vereda La Esperanza, donde le construyeron una capilla y es sitio de peregrinaje.

Entre sus celebraciones están las fiestas de la Cabuya, la Fraternidad, Patronales y la Semana Santa.

Sitios a visitar

Entre los sitios naturales a visitar se encuentran: Mirador de Campoalegre, Cascada de Palmichal, Chorros de Moravia y Rio Chamberí. Entre las zonas rurales, aptas para paseos familiares, de estudio y formación; que cuentan con servicios de alojamiento, recreación y diversión, están: Centro Agroturístico La Graciela, Parajes de Alegrías, La Honda y Varsovia y la Reserva Doña Ana.

 

 

 

 

 

 

 

 

Fotografia y texto: Luis Fernando Rodriguez Garcia.