lunes, 28 de noviembre de 2011

Una vida dedicada a la investigación artística

“El arte es mi vida y me da muchas alegrías”, dice el artista salamineño de 62 años, Germán Gómez Velásquez, quien vive y trabaja en Bogota.
Se define como un hombre tranquilo y feliz, que ya ha superado las angustias económicas y esta dedicado al arte. Ahora no pinta para comerciar, sino por placer estético. “Continuo investigando y no se hasta donde voy a llegar”, dijo.
Visita
Hacia varios años no venia a Salamina y llegó con la intención de charlar con los amigos y recorrer sus calles. En esta ocasión trajo varias pinturas al óleo y unos estudios sobre papel, con el propósito de presentar una exposición en la casa de la cultura “Rodrigo Jiménez Mejia”; donde hace 15 años tiene una sala permanente a su nombre y para la cual en esta ocasión donó varios cuadros para ampliarla.
Inicios
Estudio bachillerato en el Colegio Pío XII de Salamina. Cuenta que hasta esta población llego un norteamericano, quien traía unos libros de arte. “Me fascino cuando vi un montón de pinturas abstractas. Sobre todo por los colores”, dijo el pintor. Él le ayudo a conseguir los materiales y así comenzó a pintar de una forma improvisada paisajes y bodegones. En el colegio expuso dos veces y  luego comenzó a estudiar e investigar en las bibliotecas, tratando de desarrollar un estilo propio. Quería ser arquitecto u odontólogo, pero como era malo para el estudio, se decidió por dedicar su vida a hacer lo que más le gustaba. Participo en varias exposiciones colectivas en Salamina.
 Luego se fue para Bogotá, donde estudio becado por dos años en la Escuela de Arte del Distrito, de la cual se tuvo que retirar, cuando se termino el contrato de trabajo. Regresó a su pueblo. Volvió a la capital de 1974 a 1983. Allí se ocupó como empleado publico y pintaba los fines de semana. Para 1996 vivía en Manizales, donde surgió la idea de la sala permanente en su pueblo natal.
Viajes e influencias
Trabajo por un tiempo temas sobre figuras precolombinas e indígenas, con un toque de modernidad, sin perder su esencia. A lo que ayudó una serie de viajes que en plan de estudio efectuó por varios países de Suramérica. En donde participó en varias exposiciones y visito entre otros lugares a Machu Picchu y Tiahuanaco, lo que le proporciono ideas que más tarde incluyó en sus pinturas. También se relacionó con artistas y diseñadores.
En el Ecuador fue invitado a participar en El II Salón de Artistas Ecuatorianos en Quito y en la exposición, Tres Artistas de América Latina. Además participó en varios Salones de Artistas Caldenses y en una colectiva en Manizales, con motivo de los 70 años de la Escuela de Bellas Artes. En el 2007 fue invitado a mostrar su obra en el Museo de Arte Contemporáneo del Minuto de Dios, en la capital de la República. “He participado en unas 50 exposiciones, la mayoría de ellas colectivas. Este año voy a hacer una individual en Salamina”, dijo el artista.
Técnica
Trabaja sus temas en base a investigaciones, y en las últimas obras recurre a   la improvisación, siempre buscando nuevos caminos para su arte.
“En Bogotá después de ver tanta exposición, me puse a investigar y comencé a utilizar materiales industriales, como por ejemplo: una cuchilla de afeitar, cauchos que botan en los talleres de mecánica; en ocasiones trabajo con un taladro eléctrico al que le coloco un caucho en la punta. En otras ocasiones con la planta de un tenis. Elementos con los que hago impresiones, de las cuales salen las obras”, dijo Gómez Velásquez.
Identidad
Para el creador, en el momento en Bogotá se está haciendo un arte de alta calidad, desarrollado con ideas propias, lo que crea identidad. Resalta el esfuerzo de las galerías al traer de otros países a artistas de gran trayectoria y así poder estar en contacto con las últimas tendencias artísticas.
Utiliza el internet para estar actualizado y comunicarse con artistas de Europa y de Estados Unidos y además enterarse de lo que están haciendo.
El hombre
Vive tranquilo y tiene cinco hijos. Es separado, pero esto nunca fue motivo de angustia, ni obstáculo para seguir adelante. Dijo: “el artista debe tener por un lado la comida, el arriendo y el vestuario para no tener que salir a vender un cuadro para poder sobrevivir”. Le disgusta el ruido y ama la música instrumental, la cual siempre escucha cuando trabaja, por lo regular hasta altas horas de la noche, todos los días.
Practica el ciclismo, el basquetbol y el atletismo como aficionado y concluye diciendo: “la fama y el dinero no son indispensables. Se debe trabajar y esperar que el tiempo se encargue de todo”.








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